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lunes, 2 de mayo de 2022

Arturo el Huevo

Arturo el Huevo
La última vez que ví a Arturo el Huevo fué en las calles de la colonia Roma cuando yo caminaba hacia la glorieta de insurgentes para hacer unas impresiones, nos vimos de frente y me pidió 10 pesos, se los dí y se compro una caña de casi medio litro, mientras platicábamos caminamos hacia la glorieta y al llegar ahí le pidió su refresco a un chavo que pasaba, éste se lo dió y caminamos unos pasos, se tomo la caña de un jalón y tiro la botella a la basura, después se tomo el refresco de un jalón y tiro el envase a la basura, después se sentó en una banca en la glorieta, yo fui a sacar mis impresiones, al salir vi que estaba el Huevo se había quedado dormido por los efectos de la caña; había comenzado a llover, yo traté de despertarlo para que no se mojara pero no respondió era una piedra, lo tape con un plástico que traía para las lluvias y ahí lo dejé. Yo me ponche un recuerdo y me lo fui fumando. Meses después me enteré que había muerto de congestión alcohólica ahí en la glorieta de insurgentes, no creo que haya sido ese su ultimo día, pero pudo haber sido cualquier día de esos, él ya no tenia ganas de vivir, paso por tantas cosas hasta el final de sus días que su desilusión por la vida se hizo mas fuerte.

Unos meses antes el huevo había dejado de tomar debido a un accidente que tuvo en el metro cuando viajo de mosca pegado en la puerta y llegando a la siguiente estación salió volando como muñeco de trapo. Este accidente lo alejó de la calle y lo acercó a su familia por una corta temporada, lo que duró su recuperación; se le veía por las calles con bastón y en juicio, tomaba medicamentos y alguien de su familia se hacia cargo de él, hasta que se recuperó y volvió a la calle donde siempre le gustó estar. Siempre me lo encontraba en el tianguis del Chopo, en el de la Lagunilla, en la Glorieta de Insurgentes, el diferentes puntos de la ciudad, siempre enfiestado o enfiestándose, la ciudad lo reconocía como parte suya como algo que lleva en su piel de asfalto, hormigón y polución. El tono gris de la ciudad lo envolvía en una especie de melancolía que se ocultaba detrás de las máscaras hedonistas de las drogas, alcohol y amores efímeros. Antes del accidente del metro estaba muy deteriorado del rostro, entre peleas y borrachazos tenía la cara hinchada y con cicatrices que no cicatrizaban, su color era entre rojo, rozado y blanquisco con algunas costras, hicimos comentarios de su aspecto, el Huevo también reía hasta que Trini, un amigo que vende playeras en la Lagunilla, le dijo “pareces portada de disco de psychobilly”, nosotros reimos mas, pero él dejó de hacerlo, jajaja.

Comenzó su periplo de callejero a principios de los años 90s con una banda que llamaban Los Kaifanes, se juntaban en Villa de las Flores en el estacionamiento de un centro comercial donde se ponía un tianguis navideño y fuera de esa temporada ahí también se les veía. Yo nunca lo vi ahi y pocas veces conviví con esa banda, pero si recuerdo a Dagio, Roger, Brenda, Montoya, Checo….que eran buenos amigos suyos, platicamos al respecto a fines de los 90s cuando yo comencé a convivir con Arturo el Huevo. Sobrevivía de talonear pero también sabia generara dinero de diferentes formas,una de ellasy que yo le admiré fué la de sustraer libros buenos de buenas librerías,como buen callejero cultivado,sabia perfectamente qué libros se cotizaban bien en el mercado.

Una de las veces que lo encontré en la Lagunilla me invitó donde trabajaba, cuidando unos baños en un predio, pero ahi en eso predio vendian cerveza y llegaba la banda, ahi me quede toda la tarde con él acompañándolo en sus labores. Arturo tuvo sus parejas amorosas, pero siempre prefería los estados alterados y placenteros que no produce el amor de pareja, pasaba mas tiempo soltero acommpañado de la banda callejera y él alcohol.

Desde que no se ve a el Huevo por las calles siento que la ciudad ha canbiado. Si bien han cambiado muchas cosas, lo que mas ha cambiado para mi es no ver a esa gente que siempre veía, que siempre ahi estaban como parte de las historias de la ciudad, Arturo El Huevo era uno de esos personajes que se extrañan, que trasforman el entorno con su estela de ausencia que dejan entre nosotrxs.

By Kokol

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